Los pequeños olvidados, aquellos de los que el Estado solamente se acuerda a la hora de pagar tributos.

La legislación española pide hoy cuentas a los que no tenían obligación de presentarlas. Parece de película de humor el argumento de racionalización y sostenibilidad, cuando a diario vemos múltiples ejemplos (a gran escala y de gran envergadura) de la falta de ambas, y otras cuantas más: sentido de la responsabilidad, coherencia, transparencia,…

Pretende arrebatarles con esta ley la voz popular, el poder de autogestión, el amplio patrimonio material e inmaterial (aunque me cuesta un poco disociar ambas), su historia y cultura… que al fin y al cabo es la nuestra, la de todas.

Tras alguna batalla ganada, aún quedan luchas por consumar. Las juntas vecinales, responsables de la gestión más próxima y directa que a través de sistemas de gobernanza con siglos de antigüedad han custodiado bienes comunes, se encuentran hoy en una cuenta atrás. Se acaban los plazos y hay que rendir cuentas si no quieren ser borradas de la historia y que fórmulas de gobierno, poco o nada participativas, asuman su administración y saquen a subasta todo el patrimonio de los comunes.

Se pretende dejar paso a modelos de gobierno -una vez más- centralizados y verticales, alejados del territorio y sus voces, que venderán cultura y  patrimonio al mejor postor, que harán de esos bienes un uso economicista, nada que ver con el colectivismo, la cooperación y la solidaridad que domina en los comunes.

Por esta razón hoy firmamos esta petición y os animamos a que hagáis lo mismo:

fOTO DE HACENDERA TRES CONCEJOS

Por suerte hay mucha gente que sigue luchando por la pervivencia de estos espacios comunales, culturas y paisajes tradicionales,… ecos hoy de una forma de hacer colectiva y participativa. Hacenderas o veceras son algunos de los ejemplos de fórmulas de apoyo mutuo con siglos de historia y tradición. Es necesario recrear esa inteligencia común para ser capaces de salvaguardar todas estas prácticas locales de gobiernos de los bienes comunes.

Fórmulas de las que hoy los más jóvenes, aprendemos y tratamos de imitar en diferentes ámbitos y espacios sociales. Recuperando ese espíritu de uso colectivo, ese vínculo con el territorio y sus formas de hacer, esa responsabilidad en la gestión de lo común, esa cooperación en pro de la colectividad.

Buscamos, por un lado, tomar conciencia de la importancia y valor de esos bienes comunes y por otro, recuperar esa sabiduría y soberanía popular y comunal, esa “gestión entre todas y para todas” y salvaguardar así un legado con siglos de historia colectiva.

“Restituir pues, dignidad política y cultural a los bienes comunes, supone fundar el discurso político y cultural en otra realidad: la de un mundo y una naturaleza que no pueden pertenecer solo a alguien, sino que deben ser compartidas y accesibles a todas”.

Bienes comunes, un manifiesto. Ugo Mattei.

Defendiendo los bienes comunes; construyendo soberanía alimentaria es el título de los encuentros de jóvenes campesinas y campesinos organizado por EHNE Bizkaia y Mugarik Gabe. Reclamando el derecho a la tierra, semillas, agua, conocimiento y cuidados y demás bienes comunes. Del encuentro de este año nos han dejado este regalo:

[vimeo 112073003 w=600 h=338]

“Nosotras no poseemos un bien común, somos partícipes de un bien común”.

 

VeroG1

 

 

Verónica García _ fundación entretantos

 

 

La imagen del artículo procede de http://carraldelavega.blogspot.com.es/