Las Reuniones del Botánico son los encuentros que organiza la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo para tomar decisiones, plantear su estrategia y debatir los temas candentes en la defensa de la actividad pastoril y ganadera en extensivo. En fechas muy recientes, el 4 de abril, se ha celebrado esta segunda reunión, con el objetivo de establecer la personalidad y el modelo de funcionamiento de la Plataforma. Aquí os dejamos una crónica muy personal de la jornada.

Segunda Reunión del Botánico

Dice la cultura popular que nunca segundas partes fueron buenas, como también dice que no hay dos sin tres y que son tus perjúmenes, mujer… Pero acabo de participar en una segunda edición de las Reuniones del Botánico y salí de allí no sólo satisfecho y esperanzado por el camino emprendido sino también convencido de que habrá una tercera, y una cuarta y que la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo ya no es un proyecto sino una realidad. Quizá una realidad flexible y abierta (a la medida de gentes dispares comprometidas desde muy diferentes posiciones), pero no por ello menos tangible. Esta Segunda “Reunión del Botánico” ha supuesto, al menos para mí, una de las mayores satisfacciones que he experimentado en estos últimos  tiempos grises.

Y la verdad es que todo ayudaba, empezando por la belleza radical del Botánico, saturado por un rotundo principio de  primavera, donde no sobra ni un color ni una sensación; mil gracias por compartir con nosotros estas instalaciones magníficas que ya consideramos un poco como nuestra casa. También el café, el rencuentro, la puntualidad en diferido con la que empezamos la tarea y el pequeño caos inicial, sustancia misma de este tipo de encuentros, impulsaron un ambiente de trabajo y alegría. Y, a pesar de que algunos amigos y amigas fallaron a última hora, nos juntamos un grupo numeroso y entusiasta y fuimos capaces de recorrer un orden del día denso y exigente, respetando (más o menos) los tiempos asignados y saltando de tema en tema, de información en información y de propuesta en propuesta, combinando la familiaridad de un viejo grupo activista con la solidez de quién sabe de lo que se habla. Una mezcla imposible de pastores, académicos, activistas y culos inquietos que iba desgranando paso a paso cuestiones clave para el futuro inmediato de la ganadería extensiva en nuestro país, desde las más etéreas a las más prosaicas: por ejemplo la PAC y esa manía tan de nuestros políticos de pensar que los pastos si tienen árboles, matorrales o rocas son menos pastos (vamos, no es tan difícil  resulta entender que en nuestras latitudes si un terreno tiene una vaca o una oveja o un caballo pastando entonces es que es un pastizal y que, casi seguro, la roca o el árbol que lo acompañan forman parte del sistema que mantiene y protege la provisión de forraje). También hablamos de la participación en la Red Rural, del pastoreo urbano,  de la asociación francesa de pastoralismo, de la investigación sobre pastoreo y ganadería extensiva y otros varios temas, apasionantes todos ellos, que se iban comiendo minutos mientras las nubes atravesaban perezosas el techo del invernadero de bonsáis, iluminando las ideas que saltaban de unos a otros.

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Una segunda sesión de trabajo, organizada en torno al café y corrillo, supuso el arranque de una nueva forma de participar en la Plataforma: los Grupos de Trabajo. La idea es que cada grupo se ocupe de debatir, consensuar y proponer ideas y acciones sobre su tema de cabecera, para ir fijando los principios, la estrategia y la actividad del conjunto de la Plataforma. Para empezar tenemos cuatro grupos: uno de comunicación y visibilidad social, otro dedicado a la PAC y a las políticas a favor de la ganadería extensiva, un grupo dedicado a la certificación participativa y otro más para trabajar las buenas prácticas, a los que se unirá, en breve, un quinto grupo dedicado a la gobernanza y la ganadería extensiva. El debate sobre los grupos de trabajo se prolongó hasta que los rugidos gástricos y el sentido común impusieron un descanso alimenticio que, por cierto, terminó con la foto de grupo, ya tradicional con sólo dos ediciones, en la verja del Botánico (te acuerdas, frente a las puertas del Museo del Prado…)

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Y por fin la tarde, que los más agoreros prometían lánguida y pesada, obró el fenómeno de transformar en real nuestra idea de construir un modelo de funcionamiento adecuado para nuestra recién estrenada Plataforma. Y lo que queríamos no era poco, crear una red de personas, unidas entre sí por la solidez de una organización compartida (aunque no tuviera forma legal), lo suficientemente abierta y flexible como para que los variopintos personajes y entidades que la forman puedan encontrar su propio espacio en ella, pero lo suficientemente cohesionada para que nuestra voz y, sobre todo, la voz de los pastores y ganaderos, se escuche alto y claro en todos los rincones de este cuero ibérico, donde para bien o para mal arraiga nuestro más leve y persistente vínculo radical.

Y poco más puedo contar en esta crónica, la vuelta a casa con la cara pegada al parabrisas bajo una inclemente cortina de agua que nos tuvo de los nervios hasta la misma puerta y que atemperó un poco la euforia de unos resultados estupendos, permitiéndome dormir como un vegetal cualquiera. Y despertar con las ganas intactas: tras la segunda reunión del botánico la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo es ya una organización en plena consolidación, que puede ser capaz de aglutinar, en un futuro próximo, el más amplio movimiento social de apoyo que esta actividad ha tenido en los últimos tiempos, y está pensada para que cualquiera que le interese pueda formar parte de ella. Pasad y sed bienvenidos.

Pedro M.

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