Consumo Colaborativo, Economía de la Colaboración o Economía del Acceso son algunos de los términos utilizados para describir un movimiento que defiende el acceso frente a la propiedad. En otros términos, el Consumo Colaborativo se puede definir como el hábito tradicional de compartir, intercambiar, prestar, alquilar y regalar, eso sí, redefinido gracias a la tecnología moderna, las redes sociales que operan en internet y las enormes opciones que se abren con las tecnologías de la comunicación. Aunque el movimiento como tal es aún incipiente, ya son centenares las alternativas existentes para unirse a un modelo que, sin duda, va a ir creciendo en extensión y profundidad.
En la web Consumo Colaborativo hay una gran cantidad de información sobre este enfoque y conceptos tan recientes como el de car-sharing o el couchsurfing. En realidad, aunque se utilicen muchos términos anglosajones, no se está hablando sino de compartir bienes en lugar de poseerlos, lo cual implica, por supuesto, una reducción del impacto ambiental y, también, un ahorro considerable en términos económicos.
También merece la pena darse una vuelta por la web de OuiShare, Comunidad Creativa para la Economía Colaborativa, una plataforma internacional con una enorme cantidad de información y oportunidades para establecer contactos con iniciativas por todo el mundo.
En su web, el equipo de Consumo Colaborativo detalla un gran listado de opciones para compartir coche, trayectos o parking, compartir bicicleta, crowdfunding (o mecenazgo compartido), bancos de tiempo e intercambios de conocimientos/servicios, coworking, viajes peer-to-peer, compartir libros, huertos compartidos y mucho más…
Para informarse más y comenzar a consumir de otra forma, podéis pinchar aquí.