Un soleado fin de semana primaveral en medio de un bonito robledal ha sido el marco que ha rodeado esta Escuelaboratorio. Nos hemos sentado en nuestras sillas de pala, hemos departido largo y tendido sobre la participación, sus intríngulis y sus límites, hemos compartido y analizado iniciativas concretas, hemos abierto los ojos a un ‘oasis’ como vía para propiciar cambios sociales… en definitiva nos hemos zambullido durante dos días en el mar de la participación y la experiencia nos ha resultado muy satisfactoria. Tanto que incluso queremos repetir en un futuro y dar continuidad a esta Escuelaboratorio.  A continuación os desmenuzamos un poquito más lo que se esconde detrás de este nombre y de estas dos jornadas.

Más de una veintena de personas, unas vinculadas directamente a la Fundación Entretantos y otras de diversas entidades que promueven procesos participativos que llegaron desde Madrid, Segovia, Guadalajara, Alburquerque y Santiago de Compostela, pusimos nuestras cabezas en marcha para reflexionar conjuntamente acerca del significado de estos procesos de dinamización social, muchos de ellos relacionados con la sostenibilidad y el territorio, en los que estamos implicados. Inauguramos nuestro encuentro con una sección que hemos denominado “El Confesionario”,  en ella un miembro del grupo nos presenta con detalle la experiencia concreta en la que está trabajando y después, entre todas, la analizamos, aireando todas sus fortalezas y detectando sus debilidades, con un objetivo básico: compartir, aprender y enriquecernos tanto los artífices del proceso presentado como el resto. En esta primera Escuelaboratorio nos hemos asomado con detalle a la experiencia participativa que se está desarrollando alrededor de la Reserva de la Biosfera de Ancares y al proyecto Rural Activo ó dinamización socioeconómica de Xeve. Nuria –de entretantos- desde Ancares, y Paula y Noa –de Feitoría Verde- desde el concello de Pontevedra, nos presentaron con gran generosidad su trabajo y pudimos comprobar el empeño y el mimo con el que están empleándose.

Más tarde llegó corriendo Javi –literal-, desde Madrid, para acercarnos ese “oasis”, esa técnica enfocada al diseño de espacios públicos a través de metodologías participativas. Con una energía desbordante nos metió a todos en el bolsillo y nos llevó desde El Ruedo (Madrid) hasta Brasil, pasando por México y otros lugares en los que Altekio está implicado en la puesta en marcha de esta metodología. En una breve aproximación comentaros que se trata de un corto pero intensísimo periodo de tiempo (seis a diez días) en el que un grupo de personas se retan para recoger los sueños colectivos de una determinada comunidad, partiendo siempre de los recursos y conocimientos locales, y tratan de hacer efectivos esos sueños en ese territorio.

También tuvimos ocasión de adentrarnos en otra técnica, la de las cartografías participativas, y en esta ocasión fueron Pedro Mª y Santiago, miembros de entretantos, los que nos pusieron sobre la mesa cómo unir ‘mapas y participación’ y no asustar. Lo hicieron a través de su experiencia concreta, los dos habían utilizado de manera más o menos intuitiva cartografías en dos procesos de participación vinculados a nuestro querido y desaparecido Plan 42. Entre todos vimos las potencialidades de este uso (su efecto motivador; las posibilidades que nos ofrece de incorporar otras miradas al territorio, como es el caso de los mapas emocionales o los mapas de memoria; su papel visibilizador de la complejidad y multifuncionalidad del territorio, etc.) y después nos pusimos manos a la obra y trabajamos en unos supuestos concretos para ver cómo podríamos utilizar cartografías en la fase de toma de decisiones de un proceso participativo. No nos salió del todo mal a pesar de que ya nuestras cabezas empezaban a humear.

Y para finalizar, continuamos con nuestro leivmotiv de Escuelaboratorio: debate, debate y debate sobre algunas de las cuestiones que habían ido surgiendo en estas dos jornadas, algunos flecos pendientes o cuestiones que nos parecían especialmente relevantes. Algunos interrogantes que se dibujaron en la sala fueron cómo hincar el diente a la evaluación de procesos participativos; cómo motivar a la participación o qué hacer para movilizar a determinados colectivos más ‘remolones’; cuál, cómo, dónde… del papel de la facilitadora de procesos; y, por último, cómo se articula la participación con la sociedad, cómo se relaciona con el ‘poder’, qué limitaciones encuentra. Visto que “habíamos abierto demasiados melones” para ya nuestras debilitadas cabezas y nuestro reducido tiempo, frase que acuñó sabiamente el compañero Pedro de CIMAS en estos días, decidimos comenzar por la cuestión que más nos motivó en el momento, darle vueltas a los límites y, por qué no, a los puntos de encuentro de los procesos de participación. Ahí afloraron estas dicotomías que muchas veces se presentan ante nosotras: el facilitador como profesional y como militante; los procesos que surgen de arriba hacia abajo y los que surgen desde abajo hacia arriba; los que se ligan de una u otra forma al poder y los que otorgan poderío (o empoderan) a los participantes, etc. Sin entrar en conclusiones, que no es el momento, ahondar en esa idea de que a veces estos ‘pares’ son limitaciones pero en otras estos puntos se acercan, se encuentran, u ocasiones en que las fronteras son difusas.

En fin, dos días en los que estos fontaneros y fontaneras de la participación que somos, como nos definió Pedro Mª, estuvimos bien a gusto hablando de nuestras cosas. En los que concluimos que, en el futuro, no queremos autojustificaciones de nuestros procesos de participación, si algo ha quedado en el tintero, si algo no ha funcionado pero previamente hemos analizado el contexDSCN1318to, hemos visto y valorado los condicionantes y hemos puesto en marcha esta maquinaria de brazos y mentes, no hay que justificarse, hay que explicar qué se ha hecho, por qué y para qué.

Y en eso seguiremos en el próximo Escuelaboratorio, entre qués, por qués y para qués, entre confesionarios, éticas y estéticas –qué también es importante-. Cambiaremos la excelente acogida de los robledales de Cuacos de Yuste y el cariño de Susana por, quizá, los montes Sanabreses. Seguiremos informando.

 

 

 

 

 

Raquel Bustos Carabias, patrona de entretantos, brindando tras una larga jornada de debates y reflexiones junto a Paco, Miguel y Paula. Es la autora de este artículo.