La mañana es fría. Alejandro y Mari Luz se han levantado a no sé qué hora para atender a las vacas antes del encuentro y aun así están de un humor estupendo. No llueve tanto como ayer, pero se agradece la chimenea que nos han encendido para desayunar. Octavio está en la gloria, sentado con la espalda al fuego, desayunando tranquilamente y compartiendo con los dos Antonios su pasión por las vacas; su expresión de felicidad revela que no le va a apetecer levantarse de allí en mucho tiempo y claro, empezamos con media horita de retraso. Que no fue culpa suya, por supuesto.
Celsa Peiteado inicia la sesión matinal. Ella se va a encargar de hacer una introducción general sobre la reforma de la PAC y sus posibles consecuencias sobre el medio rural y la ganadería. Antes nos recuerda a todos por qué la ganadería extensiva es necesaria en nuestra sociedad, y cómo frente al comportamiento de la ganadería intensiva más industrial, la ganadería extensiva contribuye a la conservación de la biodiversidad, al mantenimiento del medio rural, al empleo y a la fijación de población. El mensaje de apoyo de Celsa en nombre de los grupos ecologistas es doblemente valioso para los ganaderos, tanto por su significativo apoyo como por provenir de un sector que demasiadas veces se ha convertido en antagonista de los ganaderos. Hoy por hoy, frente a la desidia de los partidos y los sindicatos agrarios parece el único apoyo que se manifiesta abiertamente a favor de este modelo ganadero.
Y mientras la mañana discurre, Celsa desgrana los pueblos de España en los que se concentran los grandes pagos de ayudas agrarias (la Calle Serrano de Madrid, los barrios pijos de Sevilla) y nos explica que menos del 20% de los beneficiarios se llevan más del 80% de las ayudas. Y cómo la nueva propuesta de la Comisión sobre la PAC, en principio modernizaba y hacía más justo el reparto, poniendo el acento en el segundo pilar (el que regula las ayudas no directas) y en una serie de palabras en inglés de enorme trascendencia, el capping (es decir, limitar las ayudas que puede percibir una sola persona) y el greening (o sea, apoyar las actividades que mejoran el medio ambiente). Pero no todo el monte es orégano; las multinacionales le han echado el ojo al negocio de la alimentación y no piensan dejar que nadie se interponga entre ellas y el dinero y el papel del gobierno es lamentable, tratando de mantener intactas las ayudas actuales y de rebajar cualquier pretensión de hacer un reparto más justo y equitativo. Celsa continúa exponiendo la posición de los grupos ecologistas, del gobierno de España y el papel que otros colectivos: ganaderos o consumidores, por ejemplo, pueden jugar de cara al futuro. Como conclusión, Celsa termina diciendo que aún se mantiene mucha incertidumbre, que la nueva PAC va a sufrir también la política de austeridad y que se retrasará más allá de su inicio previsto en 2014, y propone para toda España un gran Plan Nacional de Ganadería Extensiva, propuesta que coincide con el final de su intervención y arranca aplausos entre la concurrencia.
Después toma el relevo Antonio Gamonal, que se centra en el proceso de negociación de la actual reforma de la PAC y la postura que sobre ésta reforma mantienen diversos agentes sociales y políticos, los partidos, los grandes sindicatos de clase, los sindicatos agrarios y el propio ministerio. Antonio plantea algunas cuestiones de gran importancia para los ganaderos en extensivo, la más importante quizá sea la necesidad de considerar los pastos permanentes como terrenos elegibles, aunque presenten coberturas de árboles y arbustos, situación en la que se encuentran muchos montes y dehesas de nuestro país. La consideración de estos sistemas silvopastorales como terrenos elegibles, frente a la pretensión de otros países de limitarlo a las praderas (sin ningún tipo de vegetación leñosa) es un paso muy importante para los ganaderos españoles. La exposición continúa desgranando los aspectos que el Ministerio considera claves, haciendo hincapié en el papel injustificable del gobierno español en relación con los límites a las subvenciones que puede recibir un solo perceptor y apoyando que las cosas “se queden como están”. Finalmente, Antonio Gamonal va cerrando su intervención describiendo el actual bloqueo de la reforma de la PAC. La tensión entre el Parlamento Europeo (que no quiere asignar presupuesto sin saber las medidas que se van a proponer) y la Comisión (que no quiere proponer medidas concretas sin saber con qué presupuesto se va a contar) mantiene una situación de incertidumbre en la que no ayudan nada las enormes presiones que están sufriendo todos los agentes implicados ni que el único hecho que se da como seguro es el retraso en su aplicación más allá de la fecha prevista para su inicio.
(continuará…)